- Por: P. Ángel Espino García
- QUÉ PASA CON LA ENERGÍA EN UN ECOSISTEMA Y LAS CADENAS ALIMENTICIAS
“Algunos piensan que conocen a todos, cuando en realidad no se conocen a sí mismos” (Alberto Durero)
1.- CUENTA EL LIBRO DEL CORÁN que Abrahám estaba en Ur de Caldea sentado a la puerta de su choza, mientras el sol se había ocultado detrás de las montañas. Decía: la vida tiene muchas vueltas. Yo necesito un Dios grande que me guíe, pues aquí adoran a dioses falsos. Por la tarde apareció un lucero blanco y dijo Abrahám: oh lucero, si me guías, tú serás mi dios. Llegó una nube y lo ocultó. Decepcionado Abrahám dijo: yo no quiero un dios que se apaga. Apareció la luna llena y dijo: ésta sí alumbra. Bella luna, tú serás mi diosa que me guíe. Llegó una nube y la ocultó. Dijo Abrahám: yo no quiero una diosa que se me pueda apagar. Pasó la noche y llegó la aurora con el brillante sol. Dijo Abrahám: oh sol, tú sí que iluminas. Tú serás mi dios. Pasó el tiempo, llegó la noche y se ocultó el sol. Entre lágrimas dijo Abrahám: murió el sol. Yo no quiero adorar a un dios que agoniza. Entonces Abrahám decidió adorar no a las creaturas como los caldeos, sino al Creador de ellas. Dice la Biblia: “Por tu voluntad Señor, lo que no existía fue creado de la nada”
2.- ASÍ EN LA ECOLOGÍA.- Hay personas que le dan a la naturaleza el título de diosa. Otras en cambio, la maltratan sin consideración. Eso no debe ser. La naturaleza es una manifestación grande y evidente del amor de Dios a sus hijos. Como un joven responsable que antes de casarse, trabaja y prepara una casa con lo necesario para vivir cuando se casen, así nuestro Padre Dios, antes de crear al género humano a su imagen y semejanza, fue preparando con amor y paciencia un hermoso hogar para sus hijos con todo lo necesario para vivir.
3.- LA VOZ DE LA IGLESIA.- La encíclica “Laudato Si” en el # 6 nos dice: “Mi predecesor Benedicto XVI renovó la invitación a “eliminar las causas estructurales de las disfunciones de la economía mundial y corregir los modelos de crecimiento que parecen incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente”. Recordó que el mundo no puede ser analizado sólo aislando uno de sus aspectos, porque el libro de la naturaleza es uno e indivisible”, e incluye el ambiente, la familia, etc. Por consiguiente, “la degradación de la naturaleza está estrechamente unida a la cultura que modela la convivencia humana”. El Papa Benedicto nos propuso reconocer que el ambiente natural está lleno de heridas producidas por nuestro comportamiento irresponsable. El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad, pero también es naturaleza”. Como vemos, está claro que no sabemos cuidar la casa que Dios nos ha preparado. En general hemos sido egoístas y más bien debemos ser solidarios.
4.- LAS CADENAS ALIMENTICIAS.- La energía fluye por los ecosistemas por medio de cadenas y redes alimentarias. La energía química almacenada como nutrientes en los desechos y cuerpos de los organismos fluye por los ecosistemas de un nivel trófico o alimentario, a otro. Por ejemplo: una planta utiliza la energía del sol para guardar energía química en una hoja. Llega una oruga y come la hoja, llega un pájaro y come la oruga, después un águila devora al pájaro. Cuando muera esa águila, el suelo la asimila, se alimentan las plantas que servirán de forraje a los animales, y así sucesivamente. Esta secuencia de organismos, fuente de alimento y energía se llama “Cadena alimenticia”. Cuando el hombre rompe las cadenas alimenticias extinguiendo una especie de plantas o animales, viene el desequilibrio y se enferma la naturaleza. Por tanto: cuidemos y respetemos la creación, puesto que Dios nos preparó la luz el agua, el suelo y la inteligencia. Seamos agradecidos y responsables, protegiendo la casa que nuestro Padre Dios nos ha prestado. No seamos egoístas. Bien dijo Esopo: “El consejo dado a un necio es como las perlas arrojadas a un muladar”. ¡Salvemos lo verde!
