Opinión

Arena suelta / Tayde González Arias

Pedir no empobrece, agradecer enriquece.

Seguramente usted ha escuchado muchas veces que según se pida así mismo se tendrá respuesta de lo que se requiere y aunque no es una frase que guarde mucha ciencia o filosofía en sus conceptos, lo cierto es que cuando hablamos de una sociedad que se conflictual por no escuchar un gracias o un por favor y deja de hacer algo u omite una acción por que le abordaron de una forma inadecuada; las formas cobran sentido.

Tal vez se ha encontrado en la situación incómoda en que recibe una orden de su superior inmediato en el trabajo y no necesariamente le dijeron por favor y eso no significa que por eso no lo va a hacer, probablemente su empecho sea mayor si se hubiera antecedido a la orden la palabra mágica. Por otro lado y siendo claros las normas de buenos modales cada día se han ido perdiendo y si usted no dice gracias es contraproducente que pida un favor, es decir es un toma y daca, antes de exigir debe de dar y no solo las dos palabras sino que además a ello debe agregarle el tema del buen gesto y de la sonrisa de ser posible.

Sonreír podrá pensarse que forma más rápidamente líneas  de expresión, lo que una crema puede simular, y los buenos modales perduran pues, saludar de mano sugiere apertura y cercanía a las personas, de modo que si agrega usted un buen semblante y por favor y gracias, el éxito que tendrá en lo que se proponga le auguro será el que más quiera o desee (incluso las tareas más difíciles de lograr).

Hay personas que separan (o dicen hacerlo) su vida personal de la vida laboral y que en un sitio son de una manera y al entrar a otro circulo se vuelvan a adaptar, algo que personalmente me parece sumamente complicado y casi imposible, sin embargo ya sea que si logre hacerlo o no en cualquier momento y parte que se encuentre no perder la fina forma de dirigirse a los demás le hará ser recibida  o recibido con agrado. Le recomiendo que tampoco exagere, pues el problema de muchas acciones son los excesos, y ser meloso tampoco ayuda.

Supe que alguna vez un hombre se  encontraba trabajando en su oficina y dio la hora de salida y todo el personal se retiró quedando solo en la oficina; incluso una vez que se retiró su superior inmediato, al cabo de media hora entro una llamada al teléfono y con gran respeto el empleado contestó – a sus órdenes, qué se le ofrece – en qué le puedo servir- del otro lado del teléfono le contestaron que buscaban a su jefe a lo que respondió que por el momento le era imposible comunicarle con él pero que en qué le podría servir, la llamada finalizó y al siguiente día pidieron que se representará en presidencia,  el presidente era quien le llamaba, para comentarle que  había sido él quien en  le había realizado una llamada y que conforme al modo en que le trató le invitaba a ser su secretario particular.

No es mentira que la gente recuerda mejor un buen trato y los buenos modales, que la mente esta preparada para un gesto agradable, que para el enojo, y es sencillo de poder mejorar la comunicación y con ello hacer llevadera la vida en confort y felices todos.

Si aún no ha antepuesto a algún pedimento el favor, no tarde en hacerlo, si ya recibido éste no acostumbra las gracias, hágalo, vera que le agradará el resultado. También advierto que no siempre los resultados son positivos sin embargo repita el ejercicio y pronto obtendrá grandes beneficios. No se trata de que sea por obligación sino por respeto, ni que sea mecánico si no honesto y es un detalle que también debe cuidarse. Sin duda el por favor y el gracias, debido a que muchas personas lo usan y lo dicen tanto que no solo no se cree sino que perdieron la magia que encierran estas dos palabras de nuestro afortunado y rico lenguaje y le invito a que juntos recobremos su gran valía.

Probablemente  existan las clases sociales más allá de lo económico, por lo que le invito sea de la clase de hombre y mujer que es correcto en su actuar y su habla, agregando la sal y la pimienta y a la hora de pedir tal o cual cosa cuide las maneras siendo agradecido por lo dado, sabiendo que lo merece todo sea consiente y haga la reverencia para que le sea mejor otorgado lo que espera. Ningún buen modal empobrece, ni hace menos mucho menos mal agradecido, por el contrario le pondrá un tercer apellido, o una referencia con los demás de respetuoso, amable y merecedor o merecedora de respeto, recuerde que frente a los buenos modales cualquier cosa le podría ser otorgado, pues se compara al arduo trabajo que tarde o temprano le permitirá tener una mejor vida, y la buena vida todos la merecemos igual que el buen trato. Ahora siga usted sus actividades y si ya contaba con las dos palabras en su lenguaje no olvide seguir diciéndolas, porque son muy importantes, y si no lo hacía no espere más y comience desde ahora.

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