Por: Nicolás Casimiro / www.atiempo.mx
Morelia, Michoacán, 13 de mayo de 2015.- Así como los slogans de campaña, las imágenes retocadas, los acarreos a los mítines y las promesas incumplibles, la guerra sucia ya se ha vuelto algo inherente a los procesos electorales federales y locales.
La elección de Michoacán no podría ser la excepción, sobre todo, por tratarse de un estado en dónde hay mucha tela de dónde cortar.
Algunos equipos de campaña promueven la guerra sucia para tratar de debilitar al adversario más fuerte, otros para terminar con las aspiraciones de los contendientes más cercanos, pero lo cierto es que se busca más el efecto mediático, para orientar o desorientar al electorado, porque por más graves que sean los señalamientos, acusaciones o denuncias, de antemano sus promotores saben que no tienen el sustento suficiente para producir efectos jurídicos reales.
Desde el arranque de las campañas, al candidato común de PRD, PT, Nueva Alianza y PES, Silvano Aureoles Conejo, se le vienen haciendo señalamientos por los gastos de campaña de la elección anterior, hace 4 años, y después por aparecer en una fotografía con una joven vinculada con una averiguación previa por el delito de secuestro.
A la candidata del PAN, Luisa María Calderón Hinojosa, se le ha acusado de supuestamente haber hablado con “La Tuta” y dicen que de haberle quedado a deber 5 millones de pesos al líder criminal. ¿Quién lo dice? El propio Servando Gómez Martínez, en un video donde se le ve dialogando con Rodrigo Vallejo Mora, hijo del ex gobernador priísta, Fausto Vallejo Figueroa.
Más recientemente, al candidato del PRI y del PVEM, Ascensión Orihuela Bárcenas, se le ha cuestionado por trabajos periodísticos de 1999 y 2009 que lo vinculan con el crimen organizado, además de que se le señala por el “enriquecimiento inexplicable” que ha tenido a lo largo de los últimos 30 años, cuando ha ocupado diversos cargos públicos.
En el primer caso, hasta la fecha todo indica que las acusaciones carecen de sustento legal, por lo que no prosperarán; en el segundo, para darle credibilidad primero habría que creer que el líder criminal “habla con la verdad”, tampoco prosperará; y, en el tercero de los casos, pues… si las acusaciones mediáticas no pasaron a más hace 16 y hace 6 años, ¿qué nos haría pensar que tendrían algún efecto en las próximas tres semanas?
Por más que cause enojo, descontento o confusión entre los michoacanos, la guerra sucia continuará, así que prepárese, sobre todo porque no habrá de descartarse que el administrador de los audios y videos del crimen organizado esté preparando dos paquetes más de materiales editados, uno para antes del segundo debate y otro más para la víspera de la elección.
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