Opinión

Arena suelta/Por: Tayde González Arias

El mundo requiere modelos que reviertan al capitalismo voraz.

Los modelos son la perspectiva de lo que deseamos lograr u obtener, son las ideas previas a la construcción de la gran obra, y aunque también esta palabra se utiliza para referirse a las personas cuyos rasgos físicos son ideales y atractivos a los demás, lo cierto es que todos somos un modelo único e incomparable cuya diferencia se logra atreves del cúmulo de afectos recibidos y entregados con nosotros mismos y los demás.

Existen en la actualidad países modelos en desarrollo económico, con un nivel educativo impresionante y los hay quienes sin mantener a un ejército viven en paz y con optimas reglas que les distinguen de otros por su actuar con transparencia y legalidad, sin duda estas características inspiracionales son a las que deberíamos volcarnos todos por necesidad y por responsabilidad social.

Ser modelos de cambio, de transformación en lo bueno, ejemplos para los demás en el marco de las virtudes deben ser más que un principio universal, el quehacer del cotidiano actuar, de tal suerte que mostrar buen semblante y desempeño ya sea en la calle, en el parque o en la oficina sea una tarea bien concienzuda. Recuerde que por eso se les respetaba más a los abuelos, porque se reconocían como tales y actuaban con la experiencia bajo el brazo, a los maestros por ser los más letrados y saber de cultura general contando con capacidad para curar el dolor, escribir la carta y desde luego enseñar, a los tíos porque además de preocuparse por sus hijos, también procuraban a los sobrinos. El nivel de compromiso social, que incluye amigos y familiares era y debe volver ser motivo suficiente para ser el modelo a seguir de los demás.

Es muy cierto que la juventud acude a actos, a acciones redituables, porque el valor monetario impera, porque los comerciales están por todos lados, porque los ataques de publicidad del nuevo celular, del auto lujoso, de las prendas de marcas, están por todos lados, lo que debe ser contrarrestado con algo que también está por doquier; la humanidad, la buena vida, el afecto y el amor.

Si bien hay quienes no desean ser modelos a seguir, debemos tener claro que es una decisión que se escapa de nuestras manos, pues es la libertad que otros sujetos tienen, y dado que no es algo que podamos controlar, hemos de adquirir el compromiso de poner nuestro mayor empeño en hacer lo mejor posible lo que hacemos. Han de venir tormentas que sortear y ese acto inspirara que los demás quieran repetir la hazaña, por eso hay que estar preparados a lo que pueda venir y ver los medios para sortearlo. No es complicado plantear estrategias a los porvenires indeseados, pues siempre que vamos a trabajar uno de los objetivos es juntar lo necesario para tener solvencia y pagar la vida futura.

Cada día es una oportunidad para volverte el modelo del hombre y la mujer buena y bueno que el voraz capitalismo quiere invertir como robot, cada vez que comienzas tus labores y pones esfuerzo en que salgan bien las cosas, te encaminas al círculo que hará que cuando llegue el momento de retirarte de esa área quien llegue tendrá que superar lo que hiciste, lo que nos convierte en modelos por superar. No consideres que alguien no quiera seguir tus pasos pues hay quienes ya lo hacen y no te has percatado quizá, conviértete en el modelo de hombre que entrega lo que es y lo que tiene con la franca sonrisa por la satisfacción de dar.

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