Opinión

La vida de los pobres es hermosa

Por Gaby Soto

La vida no se compone solamente de momentos de felicidad. Cada sueño, cada conquista, cada triunfo…todo éxito, viene acompañado de una buena dosis de: trabajo, de esfuerzo, de soledad, de sufrimiento y de sacrificios. Por ello cuando veas a un triunfador sonreír, pregúntate que hay atrás de esa sonrisa. Uno de estos días conversando con mi esposo le compartí que siendo niña pensé en las gentes que habitan nuestras comunidades más pobres y en las muchas cosas de las que carecen, entre ellas la instrucción escolar, o el simple hecho de saber leer y escribir.

Ahora con el tiempo, la vida me ha enseñado que en esos hogares donde brilla la pobreza, también resplandece la felicidad. En esas comunidades más pobres no solamente de mi pueblo sino en los lugares vecinos he recibido las mejores lecciones de mi vida. Ha sido muy poco lo que yo les he dado, comparado con todo lo que ellos han aportado a mi vida. He tenido a los mejores maestros, entre la gente más humilde. Mi vida ha estado llena de grandes líderes mujeres y hombres dedicados y arraigados a sus tierras y sus familias.

A la hora de consumir sus alimentos, son naturales, como ellos mismos, la mayoría son cultivados por sus propias manos. Sus rústicos comedores al lado del fogón, con las ollas de barro hirviendo y las tortillas recién hechas o doradas en las brasas, un molcajete con salsa nunca falta, los nopales asados y ese olor tan peculiar a humo, junto con la fraternidad de mis amigos, me hace pensar que no son pobres ellos sino nosotros. Nosotros que hemos dejado atrás nuestra esencia, nuestras raíces y nuestra gente.

Somos más pobres aquellos desarraigados, que tratando de recordar nuestro origen, vamos al reencuentro de lo mexicano en un país que no es México. Sí lográramos cambiar el mundo de los más pobres, tal vez les estaríamos quitando la oportunidad de ser felices, de reír a carcajadas por cosas sencillas, de ver las noches llenas de estrellas, de contemplar la milpa al dar su fruto, de descansar bajo la sombra de un árbol, de contemplar un arcoíris después de una lluvia, de pasar las tardes en convivencia familiar. ¡Sin duda la vida de los pobres es hermosa!

Por ello es importante enseñar a nuestros hijos el verdadero valor de las cosas, poner una balanza entre lo realmente indispensable y lo superficial. Los problemas sociales y de seguridad que vivimos tienen mucho que ver con la confusión que creamos al educar a nuestros hijos. En otros tiempos nuestros padres no nos dieron anda que no nos ganáramos. Hoy vemos infinidad de jóvenes casi adultos sin oficio. No culpemos al gobierno por lo que hemos dejado de hacer como padres. Tenemos la responsabilidad de dejar mejores seres humanos a esta sociedad.

Por ello lo que para unos es éxito, triunfos, paseos, comidas en lugares costosos, para otros no es más que sobrevivencia. Volver al origen es lo mejor que puede pasarnos. Muchos paisanos comparten mis pensamientos, desafortunadamente no todos pueden volver, la mitad de su vida está en este otro país, donde han nacido sus hijos. En México están sus padres, esperando con fe su regreso, esas vistas cansadas que observan el camino y así termina su vida, muchas de las veces sin volver a ver a sus hijos que un día partieron.

Mi madre es la mejor maestra que he tenido, es una mujer sencilla, que no sabe leer ni escribir, que asombrosamente saco adelante ocho hijos, es un ser humano grandioso que por las tardes me comparte sus anécdotas del día, claro por teléfono, me cuenta cómo crecen mis nietos y todo lo que les ha enseñado. Es una mujer a quien proveo de lo necesario y lo digo con mucho gusto, soy realmente muy afortunada, también es mi mejor amiga, esa Sol es la estrella que guía mi camino. Cuando procuras a tus padres, Dios te bendice doblemente. Dice una canción y dice bien “somos lo que hacemos, tenemos lo que merecemos.”

Yo espero que en la vida de cada uno, siempre haya buenos maestros, excelentes guías, sin nombramientos de importancia, sin protocolos, sin cargos, lo realmente importante no tiene nada que ver con lo material. Quiero la felicidad de los demás, porque esta se encuentra al alcance de todos…

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