Opinión

NOVUS ORDO SECLORUM….Evaluación Magisterial ¿Beneficio o Perjuicio?

Por:en D. Joaquín R. Benítez V.

El fin de semana próximo pasado se llevaron a cabo las evaluaciones a los docentes del país, con la excepción de los Estados de Michoacán, Oaxaca y Guerrero, ello ante la negativa de la CNTE pues considera que la Ley General del Servicio Profesional Docente es inconstitucional al tratarse de una reforma laboral y no educativa.

El tema de la evaluación a los docentes se ha visto desde dos posturas antagónicas: los que la defienden a capa y espada por considerarla benéfica; y quienes por el contrario, la consideran perjudicial; sin que exista una posición mediadora que establezca las bondades de la ley y pocos puntos que causan un menoscabo.

Se deben reconocer los vicios que existen en el ingreso y permanencia de los docentes; cuántos de nuestros profesores “compraron” su espacio, cuántos lugares “vendieron” o regalaron los sindicatos (SNTE y CNTE) o cuántos profesores heredaron sus plazas, ello sin contar con el perfil adecuado o la capacidad para estar frente a un grupo.

En resumen, el problema del magisterio es por la pérdida de las malas prácticas en el ingreso, promoción y permanencia en el empleo, más no por pugnar por una calidad educativa de los niños, si bien lo toman como uno de los pretextos, en el fondo, el egoísmo magisterial es por rescatar los privilegios que obtuvieron ante la displicencia de los gobiernos en turno.

Ambos lados tiene razón en algunas cosas y en otras no, por un lado es cierto, que la infraestructura física del sistema educativo, en algunas regiones del país es pésima y se necesita modernizar, pero también el recurso humano tiene sus deficiencias y debe mejor, es decir, existen profesores, que con el respeto merecido, no saben escribir aplicando las reglas de la gramática y de la ortografía, o imparten clases sin tener los conocimientos de la materia que están impartiendo.

Al final, hay muchos profesores (malos y regulares) que están enseñando (súper sic) a la niñez mexicana, repitiendo los vicios de sus antecesores, pero de una forma más deficiente y degenerativa, es precisamente a esos a los que les preocupa ser evaluados, exhibidos y reprobados en la materia en que deberían de ser expertos, después de todo para qué estudiar y prepararse continuamente si son las vacas sagradas del magisterio.

Inmoral resulta el hecho de querer culpar al magisterio de todas sus deficiencias, cuando fue el gobierno quien creó este monstruo de mil cabezas y contribuyó a su deterioro; pero también resulta inmoral querer hacer creer al pueblo que se lucha por una verdadera educación de la niñez, y se les abandona por semanas o meses.

Es innegable el hecho de que se deben terminar las prácticas nocivas que imperan en el ámbito educativo, tanto del patrón-gobierno como del trabajador-profesor; y la Ley General del Servicio Profesional Docente plantea un buen comienzo, que si bien no es perfecto puede llegar a ser perfectible, ello en beneficio de los millones de alumnos mexicanos que son cada día menos competitivos en un mundo en el que el pez grande se traga al pequeño.

Por otro lado, los profesores “disidentes” poco a poco verán mermadas las oportunidades de revertir la “reforma educativa”, pues los juicios de Amparo que promovieron están siendo discutidos por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el resultado de declarar la validez constitucional de las reformas a la Ley General de Educación y la creación de la Ley General del Servicio Profesional Docente y la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Si bien es cierto que la única alternativa que queda es tomar las calles, menos verdadero es que la sociedad se comienza a cansar de que sus hijos no tengan clases, de los bloqueos, plantones, cortes a la circulación y marchas; ¿no se puede aprovechar ese tiempo para ponerse a estudiar y afrontar la evaluación de un amanera preparada?, y dejar la lucha en las calles para sí exigir el mejoramiento de la infraestructura educativa que tienda a contribuir a elevar el nivel educativo de los niños y jóvenes del país, pues el verdadero factor de cambio está en la mentalidad y actitudes del claustro docente, autoridades educativas y alumnado.

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jbenitezv_nos@hotmail.com (comentarios y sugerencias).

 

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