Opinión

Contemplando la Creación/Por: P. Ángel Espino García

EN LA NATURALEZA SE DAN CAMBIOS CONSTANTEMENTE

 

“En las crisis, el corazón se rompe o se fortalece” (Honorio de Balzac, escritor francés)

1.- Había una vez un anciano que vivía cerca del mar y gustaba pasearse por la playa. Llegó un maestro con un grupo de estudiantes para estudiar la ecología del agua. Todos miraban al anciano que se inclinaba para recoger algo y lo arrojaba al mar. El maestro preguntó qué hacía y porqué se inclinaba tantas veces. Dijo el anciano: estoy salvando tortugas para que no las roben ni las atropellen. Pero señor, contestó el maestro: las playas miden quince mil kilómetros. No vale la pena que se canse pues las playas son interminables. El anciano miró la tortuga que traía en sus manos, observó la inmensidad del mar y la arrojó entre las olas, y dijo al maestro: por lo pronto, esta tortuguita ya se salvó. Y añadió: debemos hacer lo que podamos y no quedarnos con los brazos cruzados. Se despidió el anciano de aquel grupo y continuó con su trabajo, salvando más tortugas del peligro de los humanos.

2.- ASÍ PASA EN LA ECOLOGÍA.- Hay muchas ideas y programas con referencia a la salvación del medio ambiente, pero pocos aterrizan con hechos concretos. La mayoría se pierde en la corrupción y en la burocracia. Un ejemplo: en un Ejido del Oriente del Estado de Michoacán, un señor Comisariado solicitó 250,000 arbolitos para reforestar en su área. Después de dos meses la planta se iba secando en el sitio donde los camiones la habían descargado. Alguien informó del caso a los responsables de la oficina en la ciudad. Llamaron al susodicho Comisariado, y ya advertido, en lugar de plantar los arbolitos con sus grupos, los cargó en bestias y los fueron a arrojar al precipicio de un gran barranco. Después en la oficina informó que ya habían reforestado. Cobraron el cheque y gustoso de su engaño, se distribuyeron el recurso, y se fueron a festejar en una cantina de la ciudad.  Como vemos, aquí hay tres fallas: engaño de un grupo, falta de vigilancia de la autoridad correspondiente y corrupción en el sistema. Admiramos y agradecemos a las personas que imitan al hombre de la playa que salvaba lo que estaba a en sus posibilidades. Imitémoslo.

3.- LA VOZ DE LA IGLESIA.- Dice el Papa Francisco: “En algunos países hay ejemplos positivos de logros en la mejora del ambiente, como la purificación de algunos ríos que han estado contaminados durante muchas décadas, o la recuperación de bosques autóctonos, o el embellecimiento de paisajes con obras de saneamiento ambiental, o proyectos de gran valor estético, o avances en la producción de energía que no contamina y en la mejora del transporte público. Estas acciones no resuelven los problemas globales, pero confirman que el ser humano todavía es capaz de intervenir positivamente. Como ha sido creado para amar, en medio de sus límites brotan inevitablemente gestos de generosidad, solidaridad y cuidado”. (Alabado Seas # 58)

4.- EN LA NATURALEZA HAY CAMBIOS CONSTANTES.- Hay cuatro patrones generales de variaciones: estable, prolífica, cíclica e irregular. La “variación estable” se da cuando una especie con un tamaño de población regular, fluctúa ligeramente por encima o por debajo de su capacidad de carga. No tiene altibajos pronunciados. Ejemplo: los bosques tropicales vírgenes. La “variación prolífica” se da cuando el crecimiento de la población llega a estallar hasta alcanzar un pico elevado o llega a caer a un nivel bajo o muy bajo. Ejemplo: las poblaciones de insectos. Un tercer tipo de fluctuaciones son “las cíclicas” o de auge y decadencia del tamaño de la población durante cierto periodo. Ejemplos: el lince y la liebre. Por último, varias poblaciones parecen registrar cambios irregulares de tamaño sin un patrón recurrente. Algunos científicos atribuyen esta irregularidad al caos que impera en esos sistemas. Otros sostienen que podría representar fluctuaciones en respuesta a desplomes catastróficos periódicos de la población a causa de un clima severo. Como vemos: todo está organizado. Debemos convencernos para cuidar la naturaleza. Bien dijo Miguel de Unamuno: “A un pueblo no se le convence sino de aquello de que quiere convencerse”. ¡Salvemos lo verde!

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