Opinión

Contemplando la creación/P. Ángel Espino García

EL CARDENAL ALBERTO CONSAGRÓ UNA CAPILLA A LA VIRGEN EN ZITÁCUARO

“Mientras permanezca encendida la luz de la esperanza, todo es posible”

1.- Cuenta la historia que en Atenas, Grecia, un sicólogo observó el rostro de Sócrates y dijo al público: amigos atenienses: he estudiado al filósofo Sócrates. Es un embaucador, glotón, ebrio y mujeriego. Ya no le crean. Ante los insultos, algunos defendieron a Sócrates, pero él dijo: paciencia, fe y prudencia. Miren: lo que dice el sicólogo sería cierto, si yo no me entregara a Dios, a la oración y a buscar la verdad. Perdónenlo.

2.- ASÍ EN LA VIDA.- Si no nos acercamos a las cosas de Dios y no buscamos la Verdad que es Cristo, nuestra vida queda en tinieblas. Construir una Capilla, es asegurar la presencia de Dios. Una Comunidad sin fe es un desastre. Dijo Cristo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Pilato preguntó a Jesús: ¿Y qué es la verdad? La fe nace y crece de oír la Palabra de Dios. Quien se encuentra con el amor de Dios, mejora su salud y tiene el corazón alegre. La soledad amarga el alma. Si no queremos enfermarnos, busquemos la luz en la Biblia y en la misericordia de Dios. Los  lamentos, las murmuraciones y el pesimismo aumentan los problemas. Si no queremos deprimirnos, no nos engañemos  a nosotros mismos con apariencias. Quien esconde la verdad o finge, acumula toneladas de peso. Vivir de fachadas es un virus que enferma. Quien se disfraza con máscaras, esconde su propio ser. Hay personas que se colocan una aureola artificial o presumen la palma del martirio quejándose de todo, intentando egoístamente encontrar compasión. Su destino es la farmacia y el hospital. Aunque alguien engañe a los demás, no se puede engañar a sí mismo. Si no queremos enfermarnos, debemos aceptarnos y amarnos a nosotros mismos, y por mandato de Dios, amar al prójimo. Aceptarse a sí mismo y aceptar las críticas,  es terapia y sabiduría. Dios nos quiere totalmente sanos.

3.- LOS PREPARATIVOS.- Cinco años se llevó la construcción de la nueva Capilla y cinco meses la preparación de la fiesta. Un día antes, en la capilla antigua y deteriorada por el tiempo y los temblores, fue celebrada por última vez la Santa Misa. Después salió la gente con la Imagen en procesión para rezar por las calles y las casas. La multitud cantaba con júbilo a la Guadalupana, honrando con fe, a la Morenita del Tepeyac.

4.- LOS ORGANIZADORES.- Bajo la supervisión del párroco, el equipo organizador fue integrado por las siguientes personas: Santos García, Octavio García, Lorena Cruz, Georgina García, Roberto Garnica, Remedios García, Esperanza García, Alicia García, Gustavo Nazario, Angélica García, Román García, Adelina Medina, Cleotilde Garnica, Analy García, Juan Carlos Garfias, Alicia Garnica, Juan Carlos, Candelaria y el señor Isabel. A todos ellos y a la Comunidad de fieles, muchas gracias y felicidades.

4.- EL COLOR DE LA FIESTA.- Llegó el día esperado: lunes 27 de noviembre del 2017. Desde temprana hora, una multitud esperaba emocionada al Señor Cardenal. Un kilómetro antes, estaba la banda de música “Taurus”, con mantas y leyendas de bienvenida. Apareció Su Eminencia con el párroco de la Iglesia de la Santísima Trinidad, el P. Jorge Francisco y otros acompañantes. El recorrido fue a pie hasta la Capilla, adornada como una novia y engalanada por dentro y por fuera. En el atrio esperaba el equipo de Liturgia, asesorado por el P. Agustín García Celis y coordinado por la hermana María de los Ángeles Esquivel. La rondalla solemnizó la Eucaristía con alabanzas apropiadas. El momento más emotivo fue cuando Don Alberto vertió el santo óleo sobre el altar de cantera que representa a Cristo. Hizo tres cruces con el óleo perfumado, pues estaba ungiendo el Cuerpo de Cristo. Después lo besó con respeto. En su homilía subrayó que la Capilla debe tener tres cualidades: a) Ser una Escuela donde se enseñe el Santo Evangelio; b) Debe ser un Hogar, donde todos deben verse como buenos hermanos; c) Debe ser un lugar sagrado, donde haya fe y respeto. Dijo Cristo: “Mi casa es casa de oración”. Después de la Santa Misa, siguió la convivencia donde se compartió el pan y la sal con gozo. Dios pague a Su Eminencia y a todos los evangelizadores. Bien dijo Ángela Chineze: “Tú no puedes cambiar todo el mundo, pero sí puedes cambiarte a ti mismo y el mundo de algunas personas”. Hagamos algo por Dios y por el prójimo. ¡Salvemos lo verde!

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