LOS ENFERMOS SON EL ROSTRO SUFRIENTE DE CRISTO
“La oportunidad es la mitad del éxito”
1.- Había una vez una muchacha que esquiaba en el mar, impulsada por una lancha. No sabía nadar pero traía salvavidas. Por tanta velocidad, perdió el equilibrio y quedó a la deriva, aferrándose a una de las cuerdas. Los salvavidas le gritaban que soltara la cuerda pues ellos la ayudarían. La chica tenía mucho miedo. Al comprender que se lastimaba, soltó la cuerda. Entonces la pudieron ayudar y salió sana y salva.
2.- ASÍ PASA CON LOS ENFERMOS.- Cuando el hombre sufre, tiene varios caminos: renegar, luchar o aceptar. Quien reniega y se desespera, no suelta la cuerda, aunque el dolor lo siga arrastrando; quien lucha por su salud hace bien, pero no siempre hay éxito; quien acepta el dolor por amor a Cristo, logra la paz.
3.- EL COLOR DE LA CELEBRACIÓN. El pasado jueves se llevó a cabo en el Santuario de Nuestra Señora de Los Remedios el “día del enfermo”. Casa llena: enfermos, familiares, MEC y Sacerdotes. Presidió la Eucaristía el P. Foráneo Jaime Alvarado y la predicación estuvo a cargo del P. Vicario Episcopal Martín Bernal, quien subrayó tres ideas: La enfermedad es una escuela de humanidad; la enfermedad despoja de todo lo humano: fama, dinero y poder. Lanza al enfermo a pensar en lo eterno; el enfermo es el rostro sufriente de Jesucristo. Quince Sacerdotes concelebraron e hicieron el servicio de la Unción y la distribución de la Santa Comunión.
4.- HAY VARIOS TIPOS DE ECOLOGÍA.- Existe la natural, referente a la naturaleza; la ecología humana, referente a los hombres; la espiritual, referente al alma; y la eco-teología, referente a la divinidad.
5.- CONCLUSIÓN.- Mientras tú tengas vida, no te rindas. Aunque estés triste, solo, enfermo, perdido o derrotado, piensa en un mañana pleno de paz, amor, alegría y en las personas que te han brindado afecto en la vida. Así podrás descubrir que las adversidades son circunstancias. ¡No te rindas, pues Dios camina contigo! Cuando Jesús subía a Jerusalén, anunció por tercera vez su pasión, muerte y resurrección. Los dos acontecimientos van siempre unidos, para aprender que el sufrimiento aceptado por amor lleva a la victoria. ¡Salvemos lo verde!
