Opinión

Contemplando la creación/P. Ángel Espino García

PÁTZCUARO: HERMOSO LAGO EN AGONÍA

 

“Amigos son los ángeles que nos levantan cuando hemos caído”

1.- Había una vez un matrimonio que gustaba ir cada domingo a las albercas. Mientras preparaban los alimentos, su hijo de 7 años se fue a bañar, muy feliz. Entró al vapor donde se mareó y después cayó a una  alberca, y sin saber nadar, se ahogó. Mientras los papás extendían el mantel para su comida, les avisaron sobre la tragedia. El gozo se convirtió en dolor. El llanto duró meses y años. Una noche en sueños, Dios dijo a la mamá: ¿Quieres ver a tu hijo? Sí Seño, por favor. Venía Cristo con su cruz luminosa y detrás de Él, miles de niños desfilando, vestidos de blanco con su vela encendida y cantaban: Santo, Santo, Santo. Cuando vio a su niño con la vela apagada, le preguntó por qué Dios no se la encendía. Contestó el hijo: sí me la enciende, pero tus lágrimas me la apagan. Mamá, ya no llores, por favor. Y desde entonces la señora dejó de llorar.

2.- ASÍ EN PÁTZCUARO.- La vida es y ha sido de lucha y contradicción. Al morir Don Vasco de Quiroga en 1567, los virreyes de la Nueva España fomentaron el desarrollo de Valladolid, hoy Morelia, a donde trasladaron en 1570 la sede del Obispado y el gobierno civil. Pátzcuaro creció por su hermoso lago y su ubicación estratégica, además obtuvo “La Aduana Real”, símbolo de riqueza por su comercio, pues toda mercancía que venía de otros países, debía ser revisada en Pátzcuaro. Aumentó aún más la economía, cuando entró el ferrocarril, pero con el desarrollo se inició la disminución de sus bosques, llegando a la erosión con la lógica agonía del lago. El pescado blanco que era su orgullo, ha disminuido en forma alarmante, pues alguien introdujo la lobina negra que viene acelerando el exterminio. Sobre el lago amenazado se han hecho 1520 estudios, pero a la fecha no se ha mantenido una política seria para salvarlo.

3.- CONCLUSIÓN.- Así como el niño se asfixió con el vapor y se ahogó en la alberca, así los humanos estamos asfixiando a la Creación con millones de contaminantes y estamos ahogando la naturaleza con la extinción de los bosques. Ojalá que llegue una nueva generación que ame la vida y no asfixie la Creación ni extinga los bosques, sino que haya niños felices en una tierra nueva con una nueva mentalidad, pues sin bosques no hay manantiales, y sin agua no se puede vivir. Cuidemos la tierra y amemos nuestra patria. Bien dijo el padre Francisco Alday: “Cuando descubres que la Creación es tu patria, dejas de ser un exiliado”. ¡Salvemos lo verde!

 

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