Opinión

EL PROGRAMA PRO ÁRBOL ES UN TIGRE RAYADO/Por: P. Ángel Espino García

Contemplando la creación

1.- Cuentan que un arriero transportaba cada semana sacos de sal, de las salinas a la ciudad. Uno de los asnos era flojo y al sentir la carga pesada, iba triste y lento, mostrando enojo. Al pasar el río, tropezó y cayó al agua. La sal se diluyó y al levantarse el asno, se sintió ligero y se puso loco de contento. Encontró la forma para no cargar tanto peso y se dejaba caer en cada viaje. Cuando el dueño se dio cuenta de la astucia del animal, en lugar de cargarle sal, compró esponjas para vender y las cargó al asno, el cual al llegar al río, repitió la treta, pero al salir del agua, su carga pesaba en extremo. ¿Qué habrá pasado? decía el asno en su corazón. Después de varios viajes optó por no ser flojo, pues pensaba que de seguir así, un día se quebraría. El burro se corrigió y el arriero ya nunca más sufrió.

2.- ASÍ EN LA VIDA.- Los bosques estaban llenos de vida, pero llegó la motosierra y la ambición del hombre, abusando de los ecosistemas. Los industriales que usan pero no abusan, obran bien pues le dan al árbol un valor agregado colaborando con la economía. Pero quienes abusan y talan bosques causan graves trastornos a la tierra y llega la erosión.

3.- EL PROGRAMA PRO ÁRBOL ES UN TIGRE CON RAYAS.- Este programa tuvo en su inicio buenas intenciones, pero con el tiempo le entró la corrupción. Los comisariados solicitan miles de plantas y se vacían pronto los viveros. Unos reforestan bien, otros lo hacen mal, y unos más esconden la planta en las barrancas, pero todos cobran el cheque. Un ejemplo claro: en un ejido del municipio de Zitácuaro, el comisariado solicitó 250,000 plantas y en lugar de reforestar, llevaron la planta en bestias a una cárcava donde e echó a perder. Después fueron sin pena a cobrar su gran cheque. Y como éste, hay otros casos.

4.- LA VOZ DE LA IGLESIA.- Dice el Papa Francisco: “Aunque la maldad se extendía sobre la faz de la tierra y a Dios le pesó haber creado al hombre en la tierra, sin embargo, a través de Noé, que todavía se conservaba íntegro y justo, decidió abrir un camino de salvación. Así dio a la humanidad la posibilidad de un nuevo comienzo. ¡Basta un hombre bueno para que haya esperanza! La tradición bíblica establece claramente que esta rehabilitación implica el redescubrimiento y el respeto de los ritmos inscritos en la naturaleza por la mano del Creador”. (Laudato Si #71) Como vemos: el bosque es un productor de agua, de oxígeno y de frescura. Cuidemos libremente la naturaleza, pues la libertad no consiste en hacer lo que uno quiera, sino en hacer lo que se debe hacer. ¡Salvemos lo verde!

 

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