Opinión

Contemplando la creación/ Por: P. Ángel Espino García

SAN JUAN MARÍA VIANEY Y LOS AZUFRES

1.- Cuentan que un venado vivía entre bosques de oyamel y verdes pinos. Había en ese sitio una fuente cristalina donde bebían los conejos, las ardillas y las mariposas. Un día el venado llegó a la fuente y vio reflejado su cuerpo en el agua. Quedó admirado de la belleza de sus cuernos y de su rostro, pero avergonzado de lo sucio y flaco de sus patas. Escuchó voces de hombres y ladridos de perros. Corrió velozmente por el monte, huyendo del peligro y librándose de una muerte segura. Después estando ya tranquilo, fue a su escondite en las altas cumbres de la montaña, su hábitat natural.

2.- ASÍ EN LA VIDA.- Cada uno somos como el venado: a veces contentos y a veces perseguidos. Cuando te llegue el cansancio o el desacuerdo con lo que te rodea, cuando estés desanimado o desilusionado, vuelve a ser dueño de ti mismo. Llena tu espíritu de misericordia y de amor. Pronto pasará esa amargura. Cuando no sepas qué decir, solo di: Jesús, yo te amo y gracias porque Tú me amas. Cuando logras calmar tus nervios  agitados y cuando reces, allí está la Divina Presencia. Después abre tu biblia, lee despacio un Salmo o el Eclesiástico, y el Señor te hablará con claridad. Deja que su gracia cambie tu vida, como lo hizo con la mía. Haz la experiencia. Bien decía el escritor Luis Actis: “Debes convencerte que es inevitable rodar muchas veces cuando uno sube una montaña. El secreto de subir no está en no caer, sino en no permanecer caído”.

3.- LA CASA SAN JUAN MARÍA VIANEY.- Enclavada entre pinares de olor agradable y verdes oyameles, se encuentra una vivienda con dormitorios, salón de estudio y cocina comedor, con unos paisajes exuberantes, a donde, como una fuente de aire puro y vida espiritual, arribaron el pasado jueves, un grupo de presbíteros de Zitácuaro y Ciudad Hidalgo, para beber de las aguas nítidas de la Santa Escritura y la tradición de la Iglesia, donde se reflejaron como el venado. Valoraron el bien que hay en ellos, pero también descubrieron el lodo que el maligno cazador, haya inyectado.

4.- EL ENTORNO ECOLÓGICO.- Los Azufres son unos nacimientos de aguas termales con una hermosa laguna parecida al mar de Galilea, aunque en pequeño. El color de sus aguas es verde azul y cuando hay nubes, es plateado. Las albercas que evaporan por su tibia temperatura, casi siempre están llenas de visitantes. Las muchas cabañas semejan gaviotas que anidan junto a un estanque verde. El aire puro mueve las ramas de los árboles, mientras las hojas aplauden y alaban al Creador. Si Usted no conoce, sería bueno que se dé una vuelta. Vale la pena cuidar y disfrutar la naturaleza. Bien decía Pascal: “Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez”. ¡Salvemos lo verde!

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