ALGUNOS ECOS DE LA CONVIVENCIA SACERDOTAL
¡”Qué hermoso es estar los hermanos unidos”! (Del Salmo 132)
1.- Había una vez un sabio que era el hombre más feliz del mundo. Reyes, políticos y millonarios lo buscaban para obtener el secreto, pero el sabio guardaba celosamente los principios de su felicidad. Después de tiempo llegó un niño y pidió al sabio que le ayudara a ser feliz como él. El sabio al ver la pureza del niño, dijo: ven conmigo y te enseñaré cómo ser feliz. Mira: tengo dos cofres donde guardo mis secretos. Son mi mente y mi corazón con 5 principios básicos: a) Descubrir la presencia de Dios en todo, amarlo y darle gracias cada día; b) Amarte a ti mismo y ser agradecido; c) No albergar rencor a nadie; d) No tomar lo ajeno y no maltratar a nadie; e) Levantarse cada día con una sonrisa en los labios y ayudar a los demás sin interés. Estos son los cinco principios de la felicidad. Si los cumples, serás feliz.
2.- ASÍ EN LA VIDA.- Ese niño es cada uno de nosotros. La convivencia anual sacerdotal es un buen momento para ser agradecidos, porque el seminario ha dejado una huella profunda en quienes han tenido la fortuna de pasar por ese bello recinto. Es un día de gratitud a Dios, a los Superiores y al Seminario, pues te ayudaron a ser más humano, más sencillo y más sensible. Agradecer a tus compañeros de estudio y de juego. A quienes te corrigieron con cariño y te hicieron responsable para la vida. A quienes con sus desvelos te enseñaron a luchar y esperaron lo mejor de ti. A quienes te exigieron y te hicieron crecer en la grandeza. A quienes te enseñaron a ser positivo y con su disciplina te ayudaron a ver la verdad. A quienes te forjaron para que fueras diferente y no del montón. A quienes con su fe te ayudaron a descubrir el amor de Dios, el cariño de la Virgen María y te anunciaron el Evangelio.
3.- EL COLOR DE LA FIESTA.- Muchos vehículos llegaban a las puertas del Seminario, donde los conductores eran recibidos por un personal de finos modales. La inscripción y el pago del seguro son la puerta de entrada. Dentro de la cancha los equipos del Morelia contra “Las Liras” se calentaban para su encuentro. La banda y las porras estallaron con los dos primeros goles del Morelia que lucía un bello uniforme. Sin embargo “Las Liras” carburaron mejor con sus nuevas bujías y derrotaron con garra al Morelia por 4 goles a 3, ante la algarabía del respetable. Una gran diana fue el premio para “Las Liras”. En el partido de los jóvenes, todos parecían gacelas que se divertían en la pradera. En la suculenta comida, el momento más esperado fue cuando el Señor Arzobispo Carlos dio lectura a los cambios de varios Sacerdotes. Todos aceptaron con espíritu de fe. Felicidades a todos. Gracias a Dios y al Seminario. ¡Salvemos lo verde!
